Muchos tienen historias que contar sobre los recortes

Salones llenos, pérdida de personal y otros problemas han causado que los estudiantes se están movilizando para pedir un cambio.

This article was originally published in The Notebook. In August 2020, The Notebook became Chalkbeat Philadelphia.

Naseem Bey, estudiante de 10mo grado en la Escuela Superior KCAPA (Kensington Creative and Performing Arts High School) habló de libros a los que les faltaban 10 páginas.

Si necesitas una página en particular, “tienes que encontrar a alguien que la tenga”, dijo Bey.

Khyeanna Mallette, estudiante de undécimo grado en la Philadelphia Military Academy, recordó salir de una clase de educación física con dolor de cabeza y tener que pedirle una bolsa de hielo a la secretaria de la escuela porque ese día no había enfermera de turno.

Othella Stanback, estudiante senior en la Escuela Superior Benjamin Franklin, dijo que una de las clases de historia americana estaba tan llena a principios de año que los estudiantes tenían que estar de pie o sentarse sobre los radiadores. La lista de asistencia ha se había cambiado dos veces.

Para estos y otros estudiantes de las escuelas del Distrito, los masivos recortes de presupuesto del sistema han impactado a los salones de clase, cafeterías y bibliotecas en maneras pequeñas y grandes. No es difícil encontrar estudiantes enojados que se quejan sobre el daño a sus escuelas.

Con pasillos abarrotados, enfermerías vacías y oficinas sin suficiente personal, muchos estudiantes dijeron que el proceso educativo se ha vuelto una batalla como nunca habían visto.

Para sobrellevar la falta de $304 millones, el Distrito recortó miles de empleos en junio y despidió a casi 4,000 empleados. Aunque casi la mitad de esos empleados han sido llamados a regresar, las escuelas del Distrito están operando con casi 3,000 empleados menos que el año pasado.

Después de recibir $45 millones en fondos federales que el estado había estado reteniendo, el Superintendente William Hite restauró a 80 orientadores académicos y docenas de otros empleados escolares este otoño, que incluyeron asistentes de principal, maestros y funcionarios de operaciones escolares.

Los estudiantes dicen que les alegró el regreso de los orientadores.

Los funcionarios del Distrito dicen que todas las escuelas superiores tienen un orientador a tiempo completo y que el tamaño de las clases en KCAPA, la Philadelphia Military Academy y la Benjamin Franklin cumplen con el máximo de 33 estudiantes indicado en el ya vencido contrato de la Federación de Maestros de Filadelfia.

Sin embargo, muchos estudiantes han expresado resentimiento con el Gob. Corbett y la Comisión para la Reforma Escolar por el impacto que estos fuertes recortes de presupuesto han tenido en sus vidas.

“Siempre nos dijeron que la educación es la llave”, dijo Mallette sentada en las oficinas de la Youth United for Change (YUC), de la cual es miembro.

“Ahora nos están tratando de quitar esa llave”.

Los cierres

El cierre de 24 escuelas, entre ellas siete escuelas superiores, también ha tenido efecto.

Sharron Snyder, estudiante de undécimo grado en la Benjamin Franklin, dijo que la atmósfera en su escuela ha cambiado con la llegada de estudiantes de las escuelas superiores Vaux y University City, que cerraron en junio.

“Este año a nadie le dieron lockers”, dijo Snyder.

“Los pasillos siempre están tan llenos que es imposible llegar a tiempo a las clases. Los maestros están haciendo lo mejor que pueden, pero uno no puede recibir ayuda personal”.

Snyder también señaló que hay peleas más frecuentes y que toma más tiempo detenerlas por la falta de oficiales de seguridad.

De acuerdo con un portavoz del Distrito, la matrícula en la Franklin ha aumentado de 570 en junio a 840 en noviembre.

Stanback, que fue estudiante de University City, dijo que una de las cosas que extraña de su escuela anterior es el ambiente de la cafetería. Ahora ella no almuerza, excepto lo que pueda conseguir en las máquinas expendedoras.

“Uno se sentía en familia al entrar. La cafetería era una cafetería”, dijo. “Aquí parece como si estuvieran sirviendo comida en una cárcel”.

Uno de sus momentos más dolorosos, dice ella, fue ver a uno de sus maestros favoritos de matemáticas de University City que había sido cesanteado trabajando como bouncer en un bar del oeste de Filadelfia.

Stanback dijo que en el futuro espera pasar por el edificio de la escuela University City “y ver que Drexel ha construido un condominio”.

Bey, que fue estudiante de la Escuela Superior Carroll (que también cerró), dijo que también siente que todos los recortes en la KCAPA también le afectaron.

“En Carroll había computadoras en cada piso. Aquí eso no se ve. Ni siquiera sé dónde está el laboratorio de computadoras”, dijo.

“Esto es ridículo. ¿Cómo pueden quitarle todo ese dinero a la educación?”

Los estudiantes han notado en particular la falta de asistentes de principal en las escuelas superiores. Bey dijo que muchas tareas administrativas que generalmente son responsabilidad del asistente están siendo asignadas a los principales, y que esto les deja poco tiempo para darles atención individual a los estudiantes.

Sin un asistente del principal, “hay más peleas y se siente más tensión en algunos de los empleados”, dijo Bey.

En la Benjamin Franklin, el estudiante de 10mo grado Benny Ramos dijo “yo podía ir a la oficina del principal y decir ‘tengo un problema’ y ella me decía ‘cierra la puerta para que hablemos’. O me decía, ‘búscate un refresco para que te calmes”. Este estudiante de la Carroll dice que ahora no es así.

Menos personal

Taeniece Howard, estudiante de undécimo grado en la Escuela Superior Constitución, recordó venir a la escuela recientemente con dolor de cabeza y tener que suportar el dolor en clase porque no había enfermera de turno.

“Tuve que mantenerme con la cabeza en el escritorio durante toda la clase de química. Perdí el día completo con la cabeza en el escritorio porque no tenía a dónde ir”.

La falta de enfermeras a tiempo completo en las escuelas del Distrito ha sido un tema candente para los estudiantes y padres, especialmente desde la muerte de Laporshia Massey, estudiante de 6to grado en la Escuela Elemental Bryant. Massey murió en septiembre, horas después de aparentemente tener síntomas de asma en la escuela. Ese día no había enfermera de turno en la Bryant.

Madeline Clapier, senior en la Escuela Constitución, dijo que le alegró escuchar que el Distrito iba a recontratar 80 orientadores académicos, pero que ya era demasiado tarde para ella. Clapier dijo que un orientador le pudo haber ayudado a llenar las solicitudes de admisión temprana a la universidad. Para empeorar la situación, dijo que la escuela ya no puede ofrecer las clases de español avanzado que necesita. Aunque la escuela pagó por un curso en línea de Rosetta Stone, dijo Clapier, “ellos no pueden hacer eso para todo el mundo”.

La pérdida de maestros de arte también ha sido dolorosa para los estudiantes.

“Nuestro maestro de arte bajó de cinco días a dos días”, dijo Clapier.

“¿Y qué tal con los que necesitan electivas para entrar a la universidad?”

Levantando sus voces

La defensa de los jóvenes en cuanto al asunto de los recortes de presupuesto del Distrito ha sido significativa este año escolar.

Los estudiantes de la escuela Constitución han levantado sus voces sobre la falta de fondos reuniéndose una vez a la semana frente a la oficina del Gobernador Corbett en la ciudad. Los miembros de la YUC y la Philadelphia Student Union (PSU) también han participado en las protestas.

Un grupo de estudiantes de la Constitución le presentaron una lista de siete “expectativas” a la administración de Corbett, diciendo que “el estado de Pensilvania y el Distrito Escolar de Filadelfia necesitan cumplir su responsabilidad social de crear un ambiente de aprendizaje apropiado para los estudiantes de Filadelfia”.

Tim Eller, portavoz del Departamento de Educación de Pensilvania, contestó, “El departamento aprecia los esfuerzos de los estudiantes. … Casi todas las inquietudes nombradas son asuntos que están bajo el control del distrito escolar local”.

Eller agregó, “los contribuyentes de Pensilvania están invirtiendo más de $1,300 millones en el Distrito Escolar de Filadelfia, más que en los 62 distritos escolares de los cuatro condados vecinos combinados”

Los estudiantes están convencidos de que no se está haciendo suficiente y tienen la determinación de ser escuchados.

“Simplemente vamos a hablar más fuerte”, dijo Snyder.

Los miembros de la PSU se unieron a la PCAPS (Philadelphia Coalition Advocating for Public Schools) en una protesta en septiembre frente a la Union League, donde los líderes de la Fundación Gates y la Fundación Walton se reunieron para discutir la restructuración de los sistemas de escuelas públicas.

“Los estudiantes pensaron que estas personas estaban tratando de aprovechar la crisis cerrando más escuelas”, dijo el director ejecutivo de la PSU Hiram Rivera.

Los miembros de la PSU también pasaron el verano visitando las comunidades y hablando con los jóvenes sobre asuntos de educación.

Los miembros de la YUC también estuvieron activos con la PCAPS ayudando a promover un cambio en el programa de reducción de impuestos sobre la propiedad de Filadelfia, el cual ahora ofrece un descuento por 10 años para desarrolladores y dueños de edificios, eximiéndoles de pagar impuestos sobre la propiedad en construcción nueva o remodelaciones. Los que se oponen a este programa alegan que le priva al Distrito de millones de dólares en impuestos que necesita.

La YUC también ha estado promoviendo una fórmula de asignación de fondos para las escuelas públicas del estado, y estará haciéndoles preguntas a los candidatos a la gobernación en la próxima elección estatal del 2014 en lo que respecta a su postura en ese asunto.

Aunque las marchas masivas de la pasada primavera no se han repetido este otoño, los estudiantes continúan protestando.

“Aunque se hayan dado por vencidos con nosotros”, dijo Clapier, “nosotros no lo hemos hecho”.