Un vistazo a cuatro pequeñas escuelas chárter en Filadelfia

Por qué algunas escuelas prefieren permanecer pequeñas

This article was originally published in The Notebook. In August 2020, The Notebook became Chalkbeat Philadelphia.

Por varios años, las escuelas chárter han sido la solución para aquellos que han querido crear pequeñas escuelas autónomas en Filadelfia.

Desde que los legisladores de Pensilvania aprobaron la Ley de Escuelas Chárter del
estado en el 1997, fundar una escuela chárter ha sido la opción principal disponible para los residentes de Filadelfia que querían enseñar un currículo basado en un tema independiente, implantar su propio modelo organizacional, y crear escuelas pequeñas con pocos estudiantes e instrucción personalizada.

La ley de escuelas charter delestado permite la creación de escuelas públicas independientes que reciben fondos del distrito escolar local y que tienen que cumplir con los estándares y requisitos de las demás escuelas públicas de Pensilvania. Actualmente, hay 49 escuelas chárter que operan en Filadelfia.

Para esta edición, el Notebook habló con los líderes y maestros de cuatro pequeñas escuelas chárter de Filadelfia. Escuela Superior Chárter para Arquitectura y Diseño (grados 9-12), Escuela Chárter Bilingüe Eugenio María de Hostos (K, 5-8), Escuela Chárter Green Woods (K-7), y la Escuela Superior Mastery Charter (9-11).

Les preguntamos sobre la importancia del tamaño en la visión de los fundadores, su modelo de toma de decisiones y su currículo, así como también sobre las ventajas y desventajas que sus escuelas han experimentado como resultado de su tamaño. Estos líderes nos hablaron consistentemente sobre varios temas:

Las pequeñas escuelas chárter batallan por recursos limitados

Aunque las escuelas charter reciben fondos del Distrito Escolar de Filadelfia, los recursos son limitados. La asignación por estudiante de las escuelas chárter es aproximadamente $2,000 menos que el gasto promedio por estudiante en el Distrito Escolar, aunque esta comparación no toma en consideración cierto número de funciones administrativas que el Distrito Escolar tiene que realizar.

La mayoría de las escuelas chárter tienen que realizar una variedad de actividades de recolección de fondos para poder cubrir sus gastos. Para las escuelas pequeñas, la falta de fondos a menudo conduce a menos maestros de arte y música, a la falta de equipos de deporte y actividades extracurriculares, a edificios limitados, y a veces a mayor dificultad para cumplir con las regulaciones estatales, federales y del Distrito.

En Green Woods, el Oficial Administrativo John Di Lello reportó, "No hay una economía de escala. Es como si estuviéramos en una isla. Tenemos los mismos requisitos de informe y cumplimiento de un distrito escolar grande, pero no contamos con los fondos".

El pequeño tamaño del plantel facilita una instrucción más individual y relaciones estrechas entre los maestros y los estudiantes

En Mastery, el Oficial Ejecutivo Scott Gordon reportó que ser una pequeña escuela chárter les permitió implantar un modelo de instrucción en el que los estudiantes progresan individualmente a su propio paso, en base a sus propias metas y experiencia.

"Solamente porque somos pequeños y somos un chárter podemos tener nuestro propio sistema de notas y promoción, que es único en Filadelfia y quizás hasta en todo el país", dijo.

La más grande diferencia entre enseñar en una escuela grande y una pequeña, dice la maestra de sexto grado Evelyn Rivera de la escuela de Hostos, es que en la pequeña "se puede enseñar de acuerdo a la capacidad de aprendizaje de cada niño".

Evelyn Lebrón, principal en la escuela de Hostos, está de acuerdo en que un tamaño pequeño mejora la calidad de la instrucción. "Podemos satisfacer mejor las necesidades de los estudiantes porque todo el mundo se conoce en nuestra escuela".

Para Di Lello en Green Woods, las ventajas que ofrecen las escuelas pequeñas para fomentar relaciones en comparación a las escuelas grandes son muy obvias.

"El aprendizaje se logra mejor cuando los niños se sienten conectados al lugar, conectados entre sí, y a las personas que les están enseñando", dijo. "La mejor oportunidad para crear este tipo de comunidad de aprendizaje es un ambiente pequeño en el que se sientan como en familia y en el que les guste aprender".

Lebrón añadió: "Por ser una escuela pequeña, nuestros estudiantes no sienten temor de ser ellos mismos. No le tienen miedo a ser niños".

Ser una escuela pequeña resulta en un sentido de colaboración y responsabilidad colectiva entre el personal.

"La escuela Green Woods fue fundada por cinco madres de la comunidad que querían un ambiente más pequeño y educativo para sus hijos", dijo Di Lello. "Querían una escuela que tuviese la textura de la enseñanza en el hogar y que también incluyera aprendizaje activo, práctico y basado en proyectos".

Añadió que para crear este ambiente, Green Woods "emplea un proceso colaborativo de toma de decisiones que se basa en relaciones, confianza y una visión común", y esto se logra con comités que incluyen padres, maestros y miembros de la junta.

En la Escuela Superior Chárter para Arquitectura y Diseño (CHAD), "De los maestros se requiere tanto, que no hay palabras para expresarlo", dice la Subdirectora de Asuntos Académicos Cristina Álvarez. "Si se desea innovación, hay que tener personas que quieran trabajar de esa manera y es por eso que aquí funciona."

Lebrón está de acuerdo en que por ser una escuela pequeña el personal tiene que hacer más de lo que haría en una escuela más grande. "Los maestros tienen que hacer de todo un poco", dice, señalando la importancia del trabajo en equipo.

De acuerdo a la maestra de inglés Susan Cook, la cultura de la escuela CHAD promueve la colaboración. "El ambiente no es como el de una fábrica. Es más como el de un taller", dijo. "Aquí la gente dice lo que piensa".

Ser una escuela pequeña intensifica los efectos de la renuncia de maestros.

Scott Gordon, de Mastery, describió el impacto desproporcionado de cualquier renuncia de maestros en una escuela pequeña en comparación con una grande: "Porque somos pequeñas, la renuncia de cualquier maestro afecta la estabilidad".

Además, el primer año para muchas escuelas chárter pequeñas es a menudo escabroso, lo que puede resultar en dificultad con la renuncia de maestros. Álvarez dijo que de un grupo de 26 maestros, ella anticipa perder entre 10 y 20 por ciento de un año al otro.

Lebrón reconoce que la renuncia de maestros fue un problema durante los primeros años de operación de la escuela, pero dice que ha mejorado según el equipo administrativo se ha estabilizado. El porcentaje de renuncia del año pasado al actual todavía fue de 40 por ciento.

Ser pequeña permite que el currículo esté diseñado para el enfoque individual de la escuela.

El currículo en la escuela CHAD se enfoca en enseñar a los estudiantes cómo aplicar principios de diseño en todas las disciplinas de las materias académicas.

A las escuelas chárter se les permite tener hasta 25% de maestros sin certificación, y los administradores en CHAD han elegido reservar todas las plazas de enseñanza sin certificación para el departamento de diseño.

ýValoramos mucho la experiencia personal y profesional en el campo del diseño y arquitectura", dice Álvarez, quien nota que a todos los maestros de las materias académicas se les requiere tener certificación. Los maestros que no estén certificados tienen que estar matriculados en un programa de certificación.

El currículo en la escuela de Hostos tiene un programa de inmersión dual en español e inglés a partir de kindergarten, un programa específicamente enfocado a las necesidades de su población estudiantil, que es en su mayoría bilingüe.

El personal utiliza una variedad de métodos para evaluar el rendimiento de los estudiantes. Mientras Lebrón reconoce la importancia de los exámenes estandarizados para evaluar a los estudiantes, también nota que, "Eso no es lo que va a impulsar nuestra escuela".